Aprender a soltar (Mitos y Realidades)

Lo que se resiste, persiste… Lo que aceptas, desaparece.

Cuando tenemos en nuestra vida un evento que no podemos cambiar y al recordarlo le ponemos carga emocional negativa, este evento se resiste. Por el contrario, cuando el evento lo vemos como es: un evento que no podemos cambiar, este tiene la oportunidad de desvanecer.

Existen ciertos mitos que nos complican soltar y por los cuales muchas personas siguen acumulando monumentos al pasado, y de esa forma se impiden emprender nuevas etapas.
Lo que mucha gente cree:

Mito: Es difícil, casi imposible, No se puede:

Realidad: Sí así lo crees, así será. Desde luego que no es un proceso sencillo ni se da de la noche a la mañana, pero definitivamente colocas más piedras en el trayecto si tu atención y tu lenguaje están encaminados a que soltar es una labor maratónica. Con la ayuda y disposición necesaria se vuelve más fácil de lo que crees.

Mito: Me siento culpable:

Realidad: La culpa paraliza. El sentirte culpable no te ayuda a que sea más sencillo, sino todo lo contrario. Normalmente no es tanto que nos preocupe el extrañar la experiencia, la cosa o a la persona, sino lo que más nos cuesta es perder el control, por eso nos resistimos tanto. Recuerda que en la vida nada te pertenece.

Mito: No voy a encontrar a nadie o nada igual

Realidad: Desde luego que no encontrarás nada ni nadie igual, porque precisamente es la idea. El estar comparando situaciones, posesiones o personas sólo nos esclaviza. Precisamente dejas ir porque te esperan nuevas y mejores oportunidades.

Mito: No sientes lo mismo que yo, por eso lo dices tan fácil

Realidad: A lo largo de estos últimos diez años he escuchado muchas veces esta típica excusa. La verdad es que nadie siente lo mismo que otro, pero tampoco por no sentir lo que el otro siente, uno deja de sentir (aunque parezca trabalenguas, es cierto). El proceso del “dejar ir” es muy similar en la mayoría de los seres humanos. No importa si los demás no te entienden o comprenden o si no sienten igual que tú. Lo que importa es que TÚ estés dispuesto a vivir de una forma extraordinaria y que vivas más ligero de equipaje.

Mito: Si lo suelto, no voy a soportar

Realidad: Si dejas ir difícilmente no te dolerá, a veces es menos, a veces es más. Lo que sí te garantizo es que si te das la oportunidad de sanar, esa experiencia cicatrizará y poco a poco desaparecerá (ojo, no el recuerdo, sino el dolor al recordarlo). No conozco persona que no se sienta mejor después de quitarse algo que le pesa tanto. Más vale un final (aunque sea un poco trágico) a una tragedia sin final.

Ya después de conocer los principales mitos tal vez tu pregunta sea:

 

“¿Y ahora qué hago?”

Te comparto cuatro estrategias, mismas que he aplicado en mi propia vida y estoy seguro te pueden ser de luz en tu propio proceso:

1)    La regla AAA: Acepta, agradece y abraza esa situación. Sea lo que sea que hayas vivido, es importante aceptar el tiempo que estuvo en tu vida, agradecer todo lo que te dejó y abrazar de corazón a corazón como símbolo de humildad. Cada vez que venga a tu mente ese evento simplemente recuerda y di en tu interior: Te acepto con todo lo vivido, te agradezco por el tiempo otorgado y te abrazo con el corazón, para dejarte ir.

2)    Sé honesto: ¡Si no sueltas el pasado, no ha pasado! Lo más importante cuando dejas ir es sincerarte contigo para aceptar que hay algo que soltar, asegurándote de que eso ya no cabe en tu vida y que ya es momento de despedirte. Es entender que la vida continúa, que todo es evolución y que hay que disfrutar el presente sin cargas innecesarias.

3)    Recibe el regalo que te deja esa experiencia: Detrás de toda situación difícil existe una bendición escondida. Siempre hay regalos dispuestos a ser abiertos por ti. Pregúntate: ¿Qué me llevo de esto que viví?

4)    Sé responsable con lo que viene: El camino sigue. No podemos quedarnos estancados viviendo en la añoranza o la nostalgia. Vive tu proceso de deja ir pero al mismo tiempo continúa visualizando lo que quieres para el resto de tu vida. ¿Qué aprendes de eso que viviste? ¿De qué forma puedes aplicar las lecciones? ¿Qué pasos hay que dar ahora para seguir construyendo tu presente?

5)    Pregúntate para que querías esa relación: En el caso muy particular de una relación de pareja es probable que se hayan hecho metas y sueños juntos. Promesas que ahora ya son cosas del pasado. Es momento de ver el para que querías esa relación y darte la oportunidad de poder conseguir eso que tanto querías ya sea sólo o con una nueva relación. No hablo de un clavo saca otro clavo, pero si de lograr eso que tanto querías por otros medios.

 

Al final, desde la libertad de tu Ser, tú eliges de qué forma quieres vivir. Te la podrías pasar el resto de tu vida justificándote sobre lo difícil o complicado que es soltar lo que te duele o lo que sabes ya no ocupa lugar en tu corazón.

Dejar ir es un acto de amor, de compromiso y de responsabilidad con tu vida. Entre más responsable te hagas de la situación más sencillo será aliviar el dolor. Entre menos víctima seas de lo que te sucede, serás más libre.

Hoy es buen momento para replantear el camino y para aprender a deja ir: tu futuro te lo agradecerá.

Y tu declaración para soltar el pasado:
Aquí lo suelto… aquí y ahora.