Muertos_Vivientes

Muertos vivientes

Hace unos días estaba jugando con mi hijo de casi 3 años, enseñándole a leer con el método Doman, y una de las cosas que me sorprendió mucho es, que además de verlo como un juego, se ponía muy contento y me pedía más y más palabras.

Y digo me sorprendió, por que veo en él unas ganas enormes de comerse el mundo, a lo que me lleva a pensar en el otro extremo en el que viven algunas personas.

Me sorprende ver cómo estamos rodeados de gente que será enterrada con 80 años, 90 o cuando sea su momento y sin embargo, lleva muerta desde los 22 o antes.

Hablo de que están muertos mentalmente. Sin ideas, sin ilusiones, sin sueños… sin objetivos en la vida. Gente que renuncio a encontrar lo que quería con esa pasión de querer tenerlo. Desde proyectar un viaje a montar un negocio, hasta cosas tan simples como hacer ejercicio.

Me queda claro que cuando quieres algo, lo primero que haces es ponerte objetivos. Pero aún y en ese espacio llega un punto en que esto mismo también se vuelve una forma de sobrevivir al ritmo de la vida cotidiana.

¿Por qué digo esto?
Existen ocasiones en que los objetivos solo son eso: Meras cosas por hacer.

Y muy probablemente cuando pusiste esos objetivos había pasión al hablar de ellos. Sin embargo esa pasión se fue perdiendo en el hacer, dejando de lado el ser.

No sé si me explico, pero para verlo de otra forma voy a ponerlo así:

Un objetivo es hacer deporte. Pasión es ser campeón.
Un objetivo es ser bueno. Pasión es ser el mejor.
Un objetivo es aprender un idioma. Pasión es vivirlo.
Un objetivo es imitar. Pasión es crear.

Objetivo es HACER. Pasión es SER.

Los objetivos por sí mismos en sí llevan a un espacio posible, mientras que la pasión da espacios a cosas que a veces no conoces o imposibles. Hablar de pasión en cierto modo es hablar de una obsesión por hacer realidad ese sueño que no tienes idea de cómo lograrlo.

Los objetivos hablan mucho de lo que vas a hacer, mientras que la pasión habla de la actitud con la que lo vas a hacer.

Hablar de objetivos sería algo así como hablar del cuerpo, mientras que hablar de pasión sería hablar del alma.

Para conseguir servir y alimentar la Pasión hemos de tener orientados los cinco sentidos y uno más, la intuición, con el fin de captar cualquier ‘vibración’ que nos pueda servir. La Pasión nos acompaña desde que abrimos los ojos hasta que los volvemos a cerrar, e incluso ahí, requiere atención y papel y lápiz a la mano en todo momento.

Si tienes una Pasión has de estar rodeado de apuntes, notas… porque el cerebro es muy olvidadizo y puede jugar malas pasadas o en algunos casos recurrir a servicios como Keep de Google.

¿Qué es lo que pasa con la gente que está muerta en vida? Quiero pensar que es gente que quería un objetivo y al conseguirlo se quedo en ese lugar. Haciéndolo un espacio cómodo, el cual le permitiera sobrellevar su día a día.

Yo te pregunto ¿realmente lograste hacer algo o ser algo?

Encontrar la pasión va más allá de hacer algo o de llegar a una meta. Y esto se traduce en querer más y más cada día. Y no hablo meramente de ambición,  sino de crecimiento.

¿Cómo identificar si estas en un espacio de comodidad o viviendo en un espacio que te permite desarrollar tu pasión?

Observa como te percibes en tu entorno, en tu trabajo, en tu familia.
Cuando buscas estar cómodo observas a tu alrededor para ver si no existe algo por lo que te tengas que mover. Yo a eso le llamo voltear hacia los lados.

(Y OJO: jamás he dicho que vivir en comodidad o zona de confort sea malo.)

Caso contrario, cuando vives tu pasión la meta es lo que sigue, porque buscas a toda costa serlo.

Para alimentar tu pasión, aprovecha los objetivos que en el pasado sí lograste, esos te  han aportado un espacio de logro que te permitirá verlo como un pasado ‘semilla’, que ha de crecer y aportar sana ambición para seguir creciendo y aprendiendo de los demás.

Para encontrar tu pasión, pregúntate quién quieres ser y no hacer.
Y cuando lo sepas, date el permiso de Ser y deja que tu pasión te mueva.