Vayamos a un espacio en donde la imaginación se apodera de la emoción. Es decir, un espacio en donde por medio de la imaginación vayas a una situación que tanto quieres lograr, tener o estar.
Una vez que te encuentres ahí, permite que el momento te llene de esa emoción.
Piensa en una situación en la que hasta el día de hoy no haya pasado, y que sabes que cuando eso suceda te llenará de alegría, plenitud, logro o euforia. Identifica esa emoción y mantente ahí por un minuto.
Si lo que tanto quieres es ser Padre o Madre de un niño: imagina que se sentirá cargar a tu niño o niña en brazos, mirarlo a los ojos, escuchar su llanto o su sonrisa y permite que esa emoción se apodere de ti.
Si es lograr obtener un certificado, terminar tus estudios, o culminar una meta tan importante para ti: imagina lo que sería haber llegado hasta ahí y sentirte satisfecho y orgulloso del esfuerzo. Imagina el reconocimiento de la gente que es importante para ti, y permite que esa emoción y lo que representa se apodere de ti.
Si es tener pareja: imagina a esta pareja tal y como tú la deseas y con ese brillo en los ojos a tu lado; imagina los suspiros, las caricias, las palabras y los te amo que tanto se dicen entre sí y permite que esa emoción de amor de pareja se apodere de ti.
¿La emoción que sientes, es imaginaria? ¿será a caso algo no real?
Piensa un momento en el “¿para qué quieres eso que tanto deseas?”
¿Será para sentir eso que acabas de sentir?
¿Será posible entonces sentir esa emoción sin tener lo que buscas tener?
y la pregunta entonces sería la siguiente:
¿En dónde está la felicidad que tanto buscas?
¿en lo que buscas? ¿en ti?
Y esa respuesta, es y sólo será tu respuesta.